Se abren dos zanjas al querer tocar el mundo.
Se dividen mis brazos y se quedan mudos.
La fuerza se contiene en el centro,
Y la suavidad en las palmas de mis manos.
Los ojos lo contemplan cansados. Se cierran
Abriendo el paso hacia abajo.
NO HAY RECLAMOS NI DEMANDAS. LAS ZANJAS
YA ESTAN ECHAS Y LAS HORMIGAS HOY NO ESCALAN.
Una voz de mando asciende con un grito tan fuerte
Que hasta el corazón le abre el paso.
Estallo por dentro y que los deshechos
Llenen las zanjas. Quizá así pueda abrazar al mundo.
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