Veintisiete de abril, del 17…
una fecha importante que recuerdo a Montserrat, montaña pía para algunos,
sagrada para muchos. Voy allí cuando necesito respirar alto, es la única
montaña que tengo cerca, a la que puedo subir en tren. Desde hace años. Tantos
años como pasos he dado en ella. Imponente, impresionante, acogedora y amable
con los que le piden salud, oxígeno, naturaleza explícita, conocimiento humano,
arte, y visión de tiempo-espacio aéreo. Tomillo, romero, cruces, rosas con y
sin espinas, olivos emparejados, hierbas y hierbajos justos, en los salientes
de esas mega- Piedras expresivas de sonidos varios. Un aliento para el monte y
que hoy canten el” Virolai “ con mucho amor a la tierra a esta terra abrupta-mente plana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario