Sobre la palabra:
La relación que tengo con ellas
es muy fuerte (amor/odio). Son una de las mayores fuentes de “CAOS” = no
comprensión, in-comunicación, agresión o desunión y a la vez “ORDEN” =
Comprensión, entendimiento, respeto y unión.
Las palabras que uso para
escribir han sido ordenadas y para ello he recurrido a la síntesis (menos
palabras y más sentido)
La palabra como símbolo de
sentido interno es una de mis herramientas. Los contenidos han de ser esencias,
no mero juegos de sonidos bien dispuestos.
Sobre el escribir:
Escribiendo me conecto con “el
hacer”, con la “intención” y con el “sentimiento o hilo” con el que coso la
vida.
Cómo proceso personal a través
de la escritura salto límites de vergüenzas, de imaginación, de censuras…. (
gustará o no, lo entenderán o no, se venderá o no…) Escribo para gozar y
explorar nuevas opciones, no para satisfacer las necesidades de aprobación o
elogio.
Transformar lo viejo a lo nuevo.
Tanto a nivel de esquemas cómo de conceptos mentales. Jugar con las letras, con
sus dimensiones, con sus colores, con sus sentidos. Proyectarlas, contarlas
como si fueran números, dibujarlas, comerlas… llevarlas hacia lo orgánico.
El respeto por la palabra y el
poder llamar a todo por su nombre es un reto inmenso que me lleva a comunicarme
con verdadera libertad con los demás.
La simplicidad es mi dirección.
Unir lo bruto a lo sutil y viceversa es mí propósito.
¿Compañeros de mis letras?
La soledad es la gran fuerza y
es o ha sido absolutamente necesaria. La felicidad que da compartir la obra,
ahora, después de 12 años de destilación e inspiración, con gente “paralela”
eso es grandeza.
El silencio… poco que decir.
Lugar interno dónde encuentro el equilibrio, la honestidad, el valor y la
profundidad con que escribo.
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